En medio de un paisaje boscoso de la Sierra Madre Oriental, predominado por pinos y con un valle de manzanos como antesala se yergue Hacienda Martinillos, donde sus arquitectura de arcos suplica la atención del ojo de quien se postra ante ella; pero su estructura no es lo que hace a la Hacienda Martinillos, si no su tierra y la gente que la trabaja tierra labrada para ser cosechada por quienes han aprendido a domarla. Es así como Hacienda Martinillos honra con sus frutos no solo a su gente, sino a cualquiera que la sepa admirar, invitando a crear nuevas tradiciones en esta tierra joven de Arteaga, Coahuila.